Explota la tensión en Canarias! Miles protestan contra el turismo masivo que está destruyendo sus islas

Explota la tensión en Canarias! Miles protestan contra el turismo masivo que está destruyendo sus islas

Lo que debía ser un paraíso para vivir se está convirtiendo en un lugar invivible para muchos. Con el verano cada vez más cerca y las reservas turísticas disparadas, miles de personas salieron a las calles en las Islas Canarias para protestar contra el turismo masivo que está afectando gravemente su día a día.

Durante años, el turismo ha sido uno de los motores económicos de Canarias, pero ahora los residentes sienten que la situación se ha salido de control. Los precios de los alquileres han subido, los servicios básicos están saturados y el medio ambiente está sufriendo. Por eso, bajo el lema “Canarias tiene un límite”, miles de manifestantes marcharon en ciudades como Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura para exigir un turismo más justo y sostenible.

Queremos vivir, no solo sobrevivir”, decía una de las pancartas más vistas en la protesta. La sensación general entre los canarios es que el modelo actual de turismo beneficia a unos pocos y perjudica a muchos, especialmente a las familias locales que ya no pueden pagar la vivienda o encontrar empleo estable fuera del sector turístico.

Muchos de los manifestantes no están en contra del turismo en sí, sino del modelo turístico que se ha impuesto: masificación, construcción sin control, consumo excesivo de agua, aumento del coste de vida y desplazamiento de los habitantes locales. Todo esto en un archipiélago con recursos limitados y una gran fragilidad ambiental.

También se criticó la falta de políticas públicas que protejan a la población local. “El Gobierno tiene que actuar ya. No podemos seguir vendiendo nuestra tierra solo para que vengan turistas sin límite mientras los canarios no pueden ni pagar un alquiler”, declaró una joven vecina de Lanzarote.

En los últimos años, el auge de plataformas como Airbnb ha hecho que muchos apartamentos pasen de alquileres de larga duración a estancias vacacionales, lo que ha reducido la oferta de viviendas para los residentes. Esto ha provocado que los precios se disparen, haciendo casi imposible que las personas de clase media o baja vivan dignamente.

Los organizadores de la protesta aseguran que este no es el final, sino el comienzo de un movimiento social que busca repensar el modelo económico de las islas. Quieren una Canarias donde el turismo exista, sí, pero que no destruya la calidad de vida de quienes siempre han vivido allí.

Por ahora, el mensaje es claro: las Islas Canarias están al límite. Y sus habitantes han decidido alzar la voz, justo antes de que empiece una nueva temporada de verano que se espera aún más masiva que las anteriores.

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