Del paraíso al caos: cómo el turismo está empujando a los vecinos fuera de sus barrios en pleno auge veranieg
Cada año, cuando se acerca el verano, muchos españoles empiezan a tener una sensación conocida: las calles llenas, los precios por las nubes y el ritmo de la ciudad completamente alterado. Y sí, una vez más, el rechazo al turismo masivo vuelve a encenderse, sobre todo en las zonas más visitadas del país.
En ciudades como Barcelona, Palma de Mallorca o San Sebastián, los vecinos están empezando a alzar la voz. No es que no quieran turistas —de hecho, entienden que el turismo es parte esencial de la economía—, pero cuando cada verano su barrio se convierte en un parque temático, el malestar es difícil de esconder.
En algunos rincones de Barcelona ya se ven pintadas que dicen “This is not a hotel” o “Vecinos fuera, turistas dentro”. La gente está cansada. Marta, vecina del barrio Gótico, lo resume así:
Y no es la única. En Palma, muchas familias no encuentran piso para alquilar porque casi todo se convierte en alojamiento turístico. Los precios suben, los comercios tradicionales desaparecen y, para muchos, vivir en el centro ya es un lujo que no pueden permitirse.
Los efectos del turismo masivo se notan en la vida cotidiana: más ruido, más tráfico, colas en cualquier sitio y una sensación constante de invasión. Por eso, cada vez hay más voces que piden un modelo de turismo diferente, más respetuoso, más equilibrado.
Algunas ciudades ya están tomando medidas: Palma y Valencia han limitado los pisos turísticos, y en Barcelona se preparan para aplicar nuevas reglas este verano. Pero muchos creen que llega tarde.
El sector turístico, por su parte, defiende la importancia del visitante, pero también reconoce que hay que hacer cambios
Y en medio de todo esto, los españoles se preparan para otro verano intenso, con más vuelos, más cruceros y millones de personas entrando por tierra, mar y aire. La pregunta es:
¿Será este el año en que se empiece a hacer algo realmente diferente?
Porque lo cierto es que el modelo actual empieza a hacer aguas… y los vecinos ya están perdiendo la paciencia.