Están destruyendo siglos de historia por energía solar!” – El grito de los agricultores españoles ante la pérdida de sus olivos centenarios
En los amaneceres tranquilos de Andalucía, cuando la luz dorada del sol roza las hojas plateadas de los olivos, se siente una paz que no se puede explicar. Son árboles viejos, sabios, testigos del paso del tiempo. En sus troncos torcidos viven las historias de familias enteras, de abuelos que sudaron la frente para recoger sus frutos, de nietos que jugaron bajo su sombra.
Pero hoy, algo está cambiando. Y no es el clima. Es el ritmo apresurado del progreso.
Parques solares: energía limpia, pero ¿a qué precio?
España, con su sol generoso, se ha convertido en un imán para las empresas que construyen parques solares. Y claro, apostar por energías renovables es un paso necesario. Queremos un mundo más limpio, más justo, más sostenible. Pero en medio de esa carrera hacia el futuro, algo está quedando atrás: los olivos centenarios.
Están siendo arrancados para hacer lugar a miles de paneles solares. Árboles que han vivido más de 300, 400 años. Árboles que han dado sombra, alimento, y belleza. Y lo más duro es que todo esto está pasando en silencio, sin que muchos lo noten.
“Cada olivo que arrancan es como si me arrancaran un recuerdo”
Así lo dice Pedro, un agricultor de 68 años, con la voz temblando mientras mira el campo vacío donde antes había más de 100 olivos:
“Mi abuelo plantó esos árboles. Yo crecí entre ellos. Los cuidé como se cuida a un hijo. Ver cómo los quitan en un par de horas… no sabes el dolor que da.”
Para la gente del campo, los olivos no son solo árboles. Son parte de su identidad, su historia, su manera de vivir. Son poesía viva.
¿No podemos tener energía solar sin perder nuestras raíces?
Sí podemos. Existen alternativas, como la agrovoltaica, que permite instalar paneles solares elevados sin quitar los cultivos. Incluso, algunos expertos proponen declarar a los olivos antiguos como patrimonio natural protegido, para que no puedan ser tocados.
Porque, ¿qué sentido tiene hablar de un futuro sostenible si para lograrlo destruimos lo que nos hace únicos?
No es solo un campo… es un legado
Cada rama de un olivo antiguo guarda historias: del primer amor entre cosechas, de manos agrietadas que trabajaron la tierra con dignidad, de fiestas familiares donde el aceite del año era motivo de celebración.
Y aunque los parques solares sean importantes, no podemos permitir que ese legado se pierda. No podemos cambiar historia por tecnología sin pensar.