Vergüenza en el aire: madre británica y su hijo escoltados por la Guardia Civil tras un conflicto con unas patatas Pringles
Lo que debía ser un tranquilo viaje de vuelta a casa se convirtió en una experiencia vergonzosa para una madre británica y su hijo. La mujer fue escoltada fuera del avión por la Guardia Civil después de que no pudiera pagar un bote de patatas Pringles a bordo. El incidente ocurrió en un vuelo comercial que salía de España y rápidamente generó opiniones divididas entre los pasajeros.
Todo comenzó cuando la mujer, ya sentada con su hijo, pidió unas Pringles al personal de cabina. Hasta ahí, todo normal. Pero cuando fue a pagar con su tarjeta, esta fue rechazada. Lo intentó más de una vez, sin éxito. No llevaba efectivo, y al no poder abonar el coste, la situación se volvió incómoda.
Según testigos, la madre no se mostró alterada ni agresiva. Sin embargo, la tripulación alertó a las autoridades, siguiendo el protocolo de seguridad. Al aterrizar, varios agentes subieron al avión y le pidieron a la madre y al niño que los acompañaran fuera.
Muchos pasajeros se quedaron con la boca abierta. Algunos intentaron ofrecer ayuda, incluso pagar el snack, pero el personal insistió en que “no se trataba solo de las Pringles”, sino de “un comportamiento inapropiado”, aunque no se especificó en qué consistía exactamente.
¿Fue una reacción exagerada?
El incidente ha levantado mucha polémica en redes sociales. Varios usuarios criticaron a la aerolínea por no tener más tacto y por haber expuesto a la mujer y su hijo a esa situación solo por una compra menor. “¿De verdad era necesario todo esto por unas Pringles?”, escribió un internauta indignado.
Otros, en cambio, defendieron a la tripulación, diciendo que las reglas deben cumplirse y que no se puede ignorar un comportamiento que, aunque parezca insignificante, puede ser considerado una falta a bordo.
¿Qué pasó después?
Aún no se sabe si la mujer fue sancionada o si simplemente le impidieron completar su vuelo. La aerolínea no ha emitido comentarios oficiales, aunque se espera que lo haga pronto, ya que la historia se ha vuelto viral.
Este episodio, que parece salido de una comedia, refleja cómo situaciones pequeñas pueden escalar cuando no se manejan con empatía. A veces, un poco de comprensión puede evitar que algo tan simple como un bote de Pringles termine siendo noticia.